Cuando catalogamos una piel como normal, seca o grasa, no estamos definiendo el estado en el que se encuentra. Se trata de una categorización artificial puesto que solo proporciona una definición psicológica deficiente de la condición en la que se encuentra nuestra piel.
Hay muchos factores que pueden alterar nuestra piel. Estos factores pueden ser externos, como el clima, la temperatura, el aire acondicionado, el tabaco, la contaminación, etc..., o bien factores internos como pueda ser el estrés, los cambios hormonales, la higiene, la edad, la alimentación, etc... Todos ellos afectan a la piel y por lo tanto su condición cambia varias veces al día, así como durante el transcurso de nuestra vida.